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Blog Con otros ojos

Sor María Dolores Pérez Mesuro

de Sor María Dolores Pérez Mesuro
Sobre el autor

11
Ene
2008

Muñecas rotas

3 comentarios

Cuando era pequeña, iba por la la calle Preciados, y a mitad de ella había un anuncio en un piso que decía: Clínica de Muñecas. En mi imaginación podía ver cómo arreglaban aquellas muñecas que entonces teníamos y que abrían y cerraban los ojos, e incluso algunas podían  hablar… Sólo era a base de gomas, se rompían y al arreglarlas nos las devolvían como nuevas. Nos duraban años, y años. Ahora yo me pregunto: ¿sómos  los Monasterios para las personas que se acercan –rotas  por dentro- lugares donde podamos recomponerlas,  mostrando nuestro testimonio de vida y esperanza?

Me gustaría que así fuera, porque si la Palabra, es decir, la Buena Nueva sana, los monasterios deberían ser múltiples clínicas de "muñecas rotas".

Tenemos algo que decir al mundo, par ello es muy importante que nosotras  vivimos felices, porque vivimos en gratuidad constante, y sabemos que todo nos es dado sin merecimientos. Por eso  la Palabra que sana es Cristo nuestro único Camino, Verdad, y Vida.

¡Fuera  apariencias, ostentación, poder, control, manipulación! El silencio  es lo que penetra en las vidas humanas. Es lo que permite cuestionar ¿qué harán, qué sentido tiene su vida, por qué la alegría?  a quienes se acercan a nuestras casas.

Sí, sabemos dónde está nuestro hermano, como la pregunta del Génesis; sí lo sabemos, y  por eso damos gracias, pedimos, y nos unimos a la penas, compartiendo desde aquí la vida de todos. Nuestra vida no tiene sentido sin vosotros y es para vosotros.

 

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Anónimo
21 de enero de 2008 a las 13:43

La vida contemplativa tiene sentido sólo para Dios, ahí están los cartujos para demostrarlo; otra cosa es que esa vida redunde en bien de aquellos que ni siquieran sabe que existe. Debéis de estar por Dios y para Dios, y desde ahí por los hombres y para los hombres. Los contemplativos deben permanecer aunque la gente no se sienta rota y crea que no necesita arreglo.
Vosotras rezad y rezad, y Dios sabe cómo, las cosas empezaran a mejorar. Eso espero.

Frank
22 de enero de 2008 a las 19:26

Lola, eso tendrás que contestarlo tú. Si de verdad sois testimonio de vida y esperanza.

Mario T.
23 de enero de 2008 a las 18:29

Lola, nada mas cierto que lo que has escrito, Deberían ser, los monasterios y conventos, lugares para hombres y mujeres rotos, en llamas, sin embargo, la perfección nos ciega y no permite que veamos que El Señor no vino por los sanos sino por los enfermos y al final los que se quedaron como primera comunidad no eran los que todo lo tenían claro sino los que dudaron en medio de sus heridas.

Eso sí, lo que dices es un reto, porque todavía no somos "reparadores de sueños" ni "honradores de la vida".

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