Ene
Brasas y Votos
4 comentariosHa sido una sorpresa la lectura -luego meditada- de unas palabras del P. Timothy Radcliffe, en una de sus conferencias, pronunciada creo que hace tiempo. Han tardado en llegar a mi sus palabras, pero han llegado.
Me han hecho reflexionar largamente sobre la diferencia entre lo que es una promesa y unos votos hasta la muerte-usque ad mortem-.
En nuestra sociedad la promesa está infravalorada ; todo aquello que no sea inmediato, no vale. ¿Qué podemos prometer y jurar para el futuro?
Demos un paso de gigante hacia atrás y encontrémonos en la escena del Señor con Pedro, dónde éste le asegura ir con él hasta la muerte. Jesús le entiende, sí, pero antes de que el gallo cante le negará tres veces.
El YO SOY, de Jesús de Nazaret en la Nueva alianza , cuando el prendimiento , se antepone al Yo no soy, de Pedro, el Galileo, cuando está en el palacio del Sumo Sacerdote, ante las brasas de la habitación. Las brasas a la orilla del lago son testigos de la pregunta de Jesús ¿Pedro me amas?
¿Cómo podremos confiar en el futuro de los hombres? Cuando somos jóvenes juramos nuestra fidelidad a alguien, pero después confiamos en nosotros mismos . No nos sentimos comprometidos con nadie. "No soy el mismo que formuló el compromiso; todo ha cambiado", se alza como justificación. ¿A dónde conducirá la crisis de fidelidad?, nos preguntamos.
¿Qué pasa con nuestros votos de ser fieles hasta el fin?
La Respuesta está en la confianza infinita en la Ternura y Mirsericordia de Dios .
¡Claro que nada, ni nadie es igual! Pero nuestros votos de fidelidad los re-encontramos en las brasas de la orilla del lago.