May
El espacio en el que nos sitúa la vejez
1 comentarios“Cuando tenemos la experiencia ya no tenemos fuerzas para emplearla, y ya no nos sirve porque ha pasado su oportunidad”.
La vejez nos sitúa ante la indisposición de nosotros mismos por la quiebra de nuestra creatividad eficiente justo en el momento cuando ésta podría enraizarse en una lucidez que la hiciera realmente fecunda al no entretenerse en caminos sin salida.
La vejez puede así ser el lugar de la memoria que une a las generaciones en la transmisión de la sabiduría.
La vida puede engrandecerse pasando de mano en mano.
Cuando unos entregan el aliento, otros pueden quedar alentados. De esta manera, la vejez de los otros puede ser un lugar de escucha y acrecentamiento de una sabiduría aún inexperta y, por eso, el lugar propio de la acción de gracias que reconoce que la vida es dada, que nos llega de otros.
La vejez de cada generación es, en medio de la sociedad, el lugar donde ésta puede acoger agradecidamente la vida y asentarse sobre su verdad fundamental.
Por otro lado, la vejez propia es uno de los lugares donde la gratitud aparece como posibilidad radical, ya que la persona anciana está invitada a entregar su vida en manos de los otros ya del todo. - desde su cuerpo físico hasta sus obras, ideales... que quedan a merced de los demás- Se requiere confianza, es el último momento antes de la muerte en el que el hombre se decide a sí mismo enrocándose desconfiada y arrogantemente (el enfado continuo es el síntoma) u ofreciendo lo hecho sin imposiciones como regalo incondicionado y último.