23
Jun
2008Jun
la revolución total
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Llevo mucho tiempo sin poder ponerme a escribir o a contaros algo que podamos juntos compartir; el tiempo se hace da vez más pequeño, y cuando llega el calor, más; la gente va y viene, deprisa; también a los monasterios y conventos, a ver a las monjas (son conocidos o familia), o, como en nuestro caso a visitar el Museo de Arte. Bien, pero nuestra vida en el claustro continúa, de una manera rítmica, pausada, y tratando de acoger a todo el que se acerca. Acompañamos ( no es nada nuevo) mucho más con nuestra oración.
¿Qué os puedo decir...? No se nos escapan las necesidades, alegrías, tristezas, preocupaciones de las personas que vienen. En el despacho de los dulces, que no sólo es lugar de venta de nuestro trabajo, también observamos cómo se manifiestan tantos y tantos como pasan;. Sí, el momento es preocupante realmente para todos en plan global, y para cada uno en particular, quizás porque los esquemas de la vida -los superficiales- van tan sumamente rápidos como la vida misma, y si no tenemos un sólido fundamento, ¡zas! hemos perdido, nos sentimos frustrados, deprimidos...
Si alguien conocido viene , le solemos saludar, toda la Comunidad. Al final siempre dicen: "¡Es lo mejor del encuentro, de la visita, ¡que alegría la vuestra !,cómo trasmitís lo que necesita el mundo, hemos percibido pa, y nos vamos llenos!.
Curiosamente ninguna de nosotras pretende hacer nada, simplemente nos mostramos como somos; pero yo me pregunto: ¿por qué no pensamos que el Espíritu del Señor actúa en cada uno, ese Espíritu de Verdad que tanto pedimos? Y actúa para que Dios, su Nombre, sea Bendecido y Alabado.
Todo ello es muy simple, sencillo, Dios vive en nosotros, estamos hechos a su imagen y semejanza ¿por qué nos nos proponemos que Él surja del fondo de cada uno? Sería una revolución total, estoy convencida. Nosotras somos felices a tope.