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Blog Con otros ojos

Sor María Dolores Pérez Mesuro

de Sor María Dolores Pérez Mesuro
Sobre el autor

9
Ago
2010

SABER MIRAR ES SABER AMAR Y...ORAR.

4 comentarios

Hace poco estuve en Madrid en el Metro, desde bien tempranito serían las 7 de la mañana, poca gente, casi todos emigrantes que volvían o iban a trabajar. Como había sitio, sentada empecé a mirar; algunos me devolvían la mirada, entendí que cariñosamente, éramos los madrugadores, que necesitábamos a esas horas el transporte público, a nuestras cosas; más tarde y después de pasar unas horas en Barajas, volví al metro, ¡qué algarabía!, echaba de menos siquiera un poquito de silencio…., pensé...¿ tienen televisión en los andenes!!!!????, ¿será paraqué la espera se haga corta, o para llenar la cabeza de superficialidad?, de verdad que no entendía ; anuncian cuando llega –tu tren-, el verano, las vacaciones, los sitios y los proyectos urbanísticos y miles de cosas, que eran más propias de sueños irrealizables que de realidades de la vida.
El ir y venir de siempre, y me quedé triste, porque nadie miraba, cada uno ya iba a lo suyo, salían, entraban, destinos, transbordos, y más y más gente. Y el silencio seguía perdiéndose cada vez más, las personas hablaban, hablaban, casi gritaban o algunos callaban, mirada sin ver. Pensé: ¿silencio existes?
Pero yo seguí observando, y de repente, se me acerca un señor no muy joven con un periódico, de los gratuitos en la mano, la página final era religiosa..., decía en una traducción "sui generis”: Venid a MI los Cansados...Y me pregunta si era cierto, yo le dije que sí, pero que la traducción era muy particular. El fue el único que me habló en toda la mañana, era musulmán, se interesaba por las religiones, le llamaba la atención el testimonio de la monja en el metro, y que al final, me pidió un saludo especial ¡Cómo no!
Todavía asombrada salía por el andén y una niña , como de 7 u 8 años, de familia de emigrantes, dijo: Mamá, mamá mira pasa un ¡ángel!, yo me sonreí, y me dijo que quería besar el crucifijo, le dije que sí, pero yo le di un beso a ella, y la mejor de mis sonrisas a la familia; entonces me encontré rezando por todos y cada uno, sin conocerlos, me salió del alma, de dentro, de las vidas desconocidas de cada uno, por sus historias, sus pensamientos, problemas, su vida en general. Quería en ese momento haber gritado, ¡no tengáis miedo, estad alegres!; ¡qué ilusa! diciendo tonterías... algunos me hubieran llevado al manicomio, pero yo hablaba con Dios de cada uno.
A los pocos días leo en los folletos preparatorios, materiales de trabajo sobre: ¡Aquella Comunidad de Predicación!, sobre el cuento de Bonifacio Fernández García “Las gafas”. Y me vino a la mente todo lo vivido. (Leerlo os gustará), porque, yo quiero llevar las gafas rotas, quiero romper mis “gafas y darme cuenta de todo lo que sucede, pues en tiempo serios y momentos difíciles, no vale mirar a otro lado. Son tiempos de luchar para sobrevivir, y no que reine la falsedad y la violencia. Yo quiero las gafas de la Verdad, construir el mundo sobre la verdad. Y que todo lo que he visto, mirado y observado no quede fuera. En la película de Canción de Cuna, hay una frase que dice:
Saber mirar es saber Amar.

 

 

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Francisco
9 de agosto de 2010 a las 14:18


¡Que bonito!...las mujeres paren con dolor,los hombres se quedan sin tranbajo,los terremotos asolan Haiti y Chile, en RUSIA incendios con muertos, inundaciones con mas muertos en China y la India,secuestros de españoles,los maremotos que mataron miles de personas hace unos años...las familias que tienen enfermos cronicos y que llevan años atados a una cama..la moderna peste de las drogas que se traga miles de vidas, el sida, cancer de la sociedad actual, ¿donde se cumple aquel mandamiento: amaros como yo os he amado ?....saber mirar es saber amar...

perpetuo socorro
14 de agosto de 2010 a las 15:28

Pues yo hago lo mismo que tu, por mi trabajo, me toca coger el domingo el primer metro de la mañana, veo jovenes destrozados que vuelven a casa, siento lastima de ellos, y rezo,En el metro suelo rezar, ahi encuenytr el silencio, El silencio esta en cualquier parte. Y esta sociedad hay silenco, pero no del bueno...Es un silencio de falta de comunicacion, de ver que necesita el que tengo al lado

Pitu
16 de agosto de 2010 a las 21:04

Ahí me has dado, Sor Lola.

El metro siempre ha tenido sus imágenes, ruidos y olores y aunque la inclusión de las televisiones no ha sido precisamente la mejor de las aportaciones, me temo que ya forma parte del paisaje del suburbano.

Para mí siempre ha sido paradójico como, a diferencia con el tren, la falta de paisaje exterior facilitaba la contemplación del paisaje interior (el del vagón y sus pasajeros y el de uno mismo).

Ahora, con la mejora de la calidad de la soldadura de los raíles de las vías y con las rígidas canalizaciones del cableado de los túneles, es más difícil el verlo, pero antaño era fácil dejarse llevar por la hipnosis del ruido y el traqueteo del metro junto con la visión del baile de los cables que colgaban en las paredes del túnel, en lo que suponía una especie de mantra ferroviario.

A pesar de sus ruidos y no ruidos (a veces el silencio es el más estruendoso de los ruidos y el mayor de los estruendos es el silencio más sepulcral) el metro es y siempre será un lugar sociológico y teológico. Si me permites y con el permiso de Garci: Saber estar para saber mirar que es saber amar.

Por cierto, sor Lola, un consejo: no dejes de viajar, si puedes, en las últimas horas de servicio del metro (pasada la media noche). Ya nos contarás si finalmente lo haces.

Un abrazo.

perpetuo socorro
24 de agosto de 2010 a las 11:55

El metro es una buena escuela. pero yo si enccuentro el silencio. El silencio se puede encontrar en cualquier sitio, por mas ruido que exista, siempre que tu lo tengas,
A veces en los Templos no hay silencio, y ahi me molesta mas el cuchicheo, tal vez porque se espera la adoracion , el respeto y el silencio. Que dificil me resulta encontrar el silencio en nuestros templos...no entiendo porque, y me gustaria encontrar unno, en el que te puedas poner delante del Sagrario en tranquilidad. Bueno si...he encontrado, no recordaba, las capillas de los hospitales...estan solas...y no entiendo porque, ¿Como en esos momentos de angiustia y desesperacion no se busca el consuelo divno?¿como prefuieren poner su vida en manos de los homres, por muy medicos o buenos que sean ?----las mas de las veces, los mismos medicos si lo hacen, porque reconocen su pobreza y limitacion ante tanto dolor

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